Hoy, 40 años después de la tragedia que marcó para siempre la historia de Colombia, nos reunimos en Armero para honrar la memoria de más de 25.000 víctimas que perdieron la vida aquella noche del 13 de noviembre de 1985. Un episodio que no solo dejó un profundo dolor, sino también una lección permanente sobre la importancia de la prevención, la preparación y la gestión responsable del riesgo.
Desde la UNGRD reconocemos a las familias sobrevivientes, a quienes aún conservan las memorias de sus seres queridos y a toda la comunidad que, con resiliencia y dignidad, ha reconstruido su camino. Armero no es solo un lugar marcado por la tragedia, es también un símbolo de fortaleza y de la capacidad de levantarse pese a la adversidad.
Esta conmemoración nos invita a reflexionar sobre lo que hemos avanzado como país en materia de gestión del riesgo, pero también sobre lo que aún falta por hacer. Nuestro compromiso es seguir fortaleciendo los sistemas de alerta, la educación comunitaria, la planificación del territorio y la capacidad de respuesta ante emergencias, para que nunca más una comunidad vuelva a enfrentarse sola a una amenaza.
Hoy reiteramos que el Gobierno Nacional, la UNGRD y todas las instituciones del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo seguirán trabajando de manera articulada con el departamento y el municipio para promover inversiones, proyectos y acciones que protejan la vida y reduzcan las vulnerabilidades.
Armero nos recuerda que la memoria es el camino para no repetir los errores del pasado. Honramos a las víctimas y reafirmamos nuestro compromiso con un país más preparado, más consciente y más seguro.